Un miembro de la Policía Nacional española es agarrado violentamente por una peligrosísima ancianita durante una concentración de abuelos disidentes en la peligrosísima e insegura Puerta del Sol de Madrid. La anciana, que a buen seguro se muestra injustamente indignada porque dice ella que le han bajado la pensión, le han encarecido los medicamentos, le han estafado con participaciones preferentes y han mandado al paro a sus hijos y nietos ("¡que se jodan!", gritada la diputada PePera Andrea Fabra), está poniendo la integridad física del agente en peligro. NO PODEMOS TOLERARLO. Nuestros agentes de las Fuerzas de (in)Seguridad, que son el paradigma de la exquisitez, la diplomacia, la templanza y el savoir-faire en el control de masas de apestosos perro-yayo/flautas en conflicto, no merecen esta agresiva reacción por parte de radicales de esta calaña --pensionistas, estudiantes, niños, desahuciados, profesionales de la enseñanza y la salud, desempleados-- empecinados en no entender que la culpa de los recortes es suya, pues han vivido los muy inconscientes por encima de sus posibilidades. Adelante, Mariano; adelante, Montoro; adelante, de Guindos. ¡No cejéis en vuestro empeño --con la ayuda de los uniformados a vuestras órdenes-- de convertir nuestro país en un inmenso campo de concentración, en el que encerrar a tanto resistente sin escrúpulos. ¡¡La Troika, y cierra España!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario