El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es culpable de la
muerte por imprudencia y negligencia culposa de al menos 10.048
personas. Los hechos se remontan al verano del año 2003, cuando Europa y
todo el hemisferio norte fue víctima de la ola de calor más intensa y
prolongada en el tiempo de los últimos 500 años. Los gobiernos de
entonces adoptaron en Francia, Alemania, Inglaterra, Portugal y otros
países de nuestro entorno numerosas medidas de protección de grupos de
riesgo que se encuentraban expuestos a los efectos perniciosos --en
muchos casos, letales-- de las altas temperaturas. La salud de cientos
de miles de personas fue objeto de un seguimiento especial por parte de
los sistemas sanitarios públicos de estos países, y decenas de miles de
ellas, fundamentalmente ancianos y enfermos, fueron ingresadas por orden
expresa de las autoridades sanitarias de aquellos países en centros
hospitalarios dotados con equipos de aire acondicionado y regulación de
temperatura. En algunos casos, los Gobiernos llegaron a poner a
disposición de los ciudadanos diversas infraestructuras públicas y
privadas (edificios ministeriales, polideportivos, bibliotecas, grandes
superficies, centros comerciales...) para hacer frente a la mortal ola
de calor. Con todo y a pesar de haber salvado con estas medidas
preventivas miles de vidas, los Gobiernos europeos admitieron un elevado
incremento por encima de la media de la mortalidad causada por la Ola
de Calor: 14.802 muertes en Francia (de 01/08/12 a 12/08/12), 4.175 en
Italia (de 15/07/12 a 15/08/12), 1.316 en Portugal (de 31/07/12
a12/08/12) y 2.045 en Gran Bretaña (de 04/08/2012 a 13/08/12).
Sin embargo, en España las medidas preventivas brillaron por su
ausencia. Haciendo caso omiso de las recomendaciones europeas y del
dictamen de numerosos expertos en emergencias sanitarias, el Ministerio de Sanidad
español a cuyo frente se encontraba Ana Pastor (hoy, ministra de Fomento) no aplicó mínimamente ninguna de estas medidas y se
limitó a recomendar a la población a través de notas de prensa, la
adopción de acciones más propias del sentido común de Perogrullo
(hidratarse abundantemente, no salir a la calle y cerrar ventanas y
puertas en horas de radiación solar) que de cualificados especialistas
del ministerio. Esta evasión de responsabilidades del Gobierno del
Partido Popular de 2003, que se evidencia dolosa, punible y criminalmente
negligente, se vio agravada por la entonces exitosa ocultación de
información sobre la repercusión de la Ola de Calor. Así, frente a las
cifras milenarias de muertes en Europa, el Ministerio de Sanidad español
dijo contabilizar ¡¡sólo 141 fallecimientos por este episodio!!
Hoy, diez años después, es posible calificar de delictiva la actuación política y ejecutiva del Partido Popular en 2003 ya que su empecinamiento en no aplicar las medidas que hubieran podido evitar la mortandad y su ocultación de información sólo merecen los adjetivos de prevaricador y criminal. Prueba de ello son las 10.048 personas fallecidas en julio y agosto de 2003 por encima de la media de 55.795 obtenida entre los años 1991 y 2005, magnitud que no tiene nada que ver con la ridícula y exigua cuantía de 141 muertes proclamada por el Gobierno(*). Dada la magnitud de la hecatombe, anunciada por otra parte por expertos y adelantada durante todo el verano del 2003 por los medios de comunicación, el Gobierno sólo reconoció este centenar de fallecimientos, evitando así la repercusión mediática y política de su criminal negligencia, consecuencia de la inacción imprudente de los responsables políticos del PP.
Los políticos del Partido Popular que componían aquel gobierno que
actuó de forma negligente y criminal en sus deliberaciones desde el
Consejo de Ministros y que en la actualidad aún desempeñan altas
responsabilidades políticas son Mariano Rajoy, vicepresidente en 2003;
Ana Pastor, ministra de Sanidad y Consumo en 2003; Cristóbal Montoro,
ministro de Hacienda, en 2003; y Miguel Arias Cañete, ministro de
Agricultura en 2003.
Entre los políticos del P.P. con altas responsabilidades en el Gobierno en 2003 y hoy con otros cargos y prebendas estaban su entonces presidente, José María Aznar, hoy presidente de la FAES y asesor de ENDESA; y los ministros Eduardo Zaplana, hoy adjunto al secretario general de TELEFONICA; José María Michavila, hoy asesor de JPMORGAN; Federico Trillo, hoy embajador de España en el Reino Unido; Ángel Acebes, hoy consejero en IBERDROLA e imputado en el caso BANKIA; Ana Palacio, hoy vicepresidenta del gigante nuclear AREVA; Josep Piqué, hoy presidente de VUELING; Francisco Álvarez Cascos, hoy presidente de FORO Asturias; Pilar del Castillo, hoy eurodiputada; Rodrigo Rato, hoy asesor de TELEFONICA e imputado en el caso BANKIA; Javier Arenas, hoy diputado en Andalucía y senador en España; y Elvira Rodríguez, en 2003 ministra de Medio Ambiente y hoy presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
(*) Entre 1991 y 2005, la media aritmética de fallecidos totales en España durante los meses de julio más agosto fue de 55.795 personas. Sin embargo, los muertos en España en julio y agosto de 2003 fueron 65.843, 10.048 por encima de la media.
Les siguen votando sus colaboradores necesarios y subsidiariamente responsables.
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